La nutrición es uno de los pilares que la medicina moderna tiene para conservar la salud del individuo. Disminuye y retrasa la aparición de enfermedades crónicas (como lo son el cáncer, el sobrepeso, la obesidad, la diabetes mellitus, arteriosclerosis, hipertensión y otras).
El cáncer es una de las enfermedades crónicas más frecuentes y uno de los problemas de salud pública más serios ya que afecta millones de personas cada año.
La relación entre la nutrición y el cáncer
La Dra. Débora Arosemena, Médico con especialidad en nutrición y salud pública del Hospital Paitilla, explica que para prevenir que una enfermedad aparezca es importante entender que los hábitos de alimentación deben ser saludables en calidad, cantidad y a largo plazo. En la actualidad, se han realizado estudios que reportan que el 40% de los cánceres pueden ser prevenidos con un estilo de vida saludable, actividad física y una dieta libre de azúcares refinadas (bebidas carbonatadas, postres) y grasas saturadas (carnes rojas, embutidos, mantequilla, lácteos completos), comenta Arosemena. Entre los alimentos que más pueden ayudar a combatir los radicales libres y la aparición de cáncer están:
- Vegetales verdes y Crucíferos como lo son las espinacas, kale, berro, brócoli y repollo.
- Aguacate
- Frutas y vegetales con color naranja (camote, zapallo, Naranja y tomate)
- Hierbas y especias frescas (ajo, jengibre. turmeric, albahaca, perejil, orégano)
- Probióticos (yogurt, kefir, requesón y leche de cabra)
- Nueces y Semillas
- té verde
- Salmon, mackerel y sardinas
- Aceite de oliva extra-virgen
La nutrición de un paciente de cáncer
El paciente con cáncer es un paciente comprometido por los efectos de la enfermedad (náuseas, pérdida de apetito, vómitos, dificultad para ir al baño, diarrea, pérdida de peso y desnutrición), por los tipos de tratamiento a los que se tiene que someter (cirugía, quimioterapia y radioterapia). Es una condición hipermetabólica cuyo requerimiento de carbohidratos y proteínas es muy alto y muy difícil de cumplir.
Una vez hecho el diagnóstico e iniciado el tratamiento se debe hacer énfasis en alimentos de alto valor biológico y fáciles de digerir como: frutas frescas (refrescantes y con alto contenido de agua), yogurt, quesos suaves, cereales (fríos o calientes), mantequilla de maní o de almendras, proteína animal y granos (lentejas o arvejas). Es importante comprender que el paciente tendrá dificultad para procesar los alimentos, por lo que se le debe presentar de forma semisólidos (molerlos o licuarlos), ofrecerlo en pequeñas porciones y varias veces al día, a veces los pacientes no pueden identificar los diferentes sabores (ácidos, salados y dulces), ya que hay pérdida de las papilas gustativas encargadas de este proceso. Es decir un paciente que está comprometido en lo que absorción y digestión de alimento se refiere.
En algunos casos el desgaste lleva al paciente a la desnutrición, además de lo mencionado, en muchos casos es necesario recurrir a bebidas completas de alto contenido proteico tipo Ensure o Sustacal, o suplementos proteicos como el proteinex que ayudan a cumplir con la alta demanda de proteínas necesarios para la reparación celular.
Prevención de enfermedades crónicas con la alimentación
La doctora Arosemena señala, que para la prevención de las enfermedades crónicas es fundamental incluir en nuestras dietas, los carbohidratos complejos, ya que son nuestra fuente principal de energía; vegetales y granos (menestras). La proteína animal (pescado, pollo, huevo, lácteos descremados y a veces deslactosados), se deben incorporar de forma periódica, es importante consumir carnes rojas pero no más de dos veces por semanas. Tomar abundante agua, dos a tres litros por día, al igual que consumir frutas y verduras, son reglas que no se deben pasar por alto. “mientras más color y variedad mejor”
Las cantidades deben ser importantes, el consumo calórico no debe ser mayor que el gasto calórico. Es lo mismo que decir que el peso es un balance entre lo que como y lo que quemo.