El cáncer de colon se origina en la mucosa que recubre el intestino y ocurre cuando factores genéticos y ambientales inciden en la transformación de una célula e inicie un crecimiento que eventualmente llega a ser un cáncer. En esta parte interior nos podemos encontrar con estructuras denominadas pólipos (similares a una verruga, aunque a veces pueden presentarse de forma aplanada) los cuales pueden ser benignos o malignos.
Este proceso a partir de las mutaciones y errores genéticos en la célula, que deriva en la formación de un pólipo (no todos los pólipos son malignos ni precursores de cáncer), que pudiera convertirse en canceroso, al crecimiento de un cáncer, puede demorar de 5 a 8 años. Sin embargo, existen casos en que nos encontramos con un cáncer más agresivo y de crecimiento rápido que puede manifestarse en mucho menos tiempo. En ambos casos, la detección temprana es fundamental para lograr mejores resultados con el tratamiento y evitar una metástasis.
“Hay cánceres de colon hereditarios, la persona hereda la predisposición a este tipo de cáncer, otras personas desarrollan cáncer en el tiempo por factores ambientales. Asociado también a la dieta, consumo de grasas animales, sobrepeso y algunos síndromes reconocidos que representan una derivación a cáncer”, nos indica el Doctor Alberto Navarro, Cirujano del Hospital Paitilla.
Debemos fijarnos en tres factores principalmente de acuerdo con el Doctor Navarro:
La mejor herramienta para el diagnóstico es la colonoscopía, que consiste en introducir una cámara por el recto para ver las paredes del intestino. “De acuerdo con las diferentes asociaciones gastroenterológicas a nivel mundial, se recomienda realizarse una colonoscopía de rutina a los 50 años y de ahí de forma periódica según determine el médico de acuerdo con los factores de riesgo del paciente. Se encuentra el estudio el bajar la edad para el primer examen a los 45 años y para los pacientes en riesgo, debe ser a los 40 años”, nos indica el Doctor Navarro
“Lo importante de la colonoscopía es que se pueden extraer los pólipos existentes de tamaño pequeño durante el mismo examen, lo cual es una prevención primaria porque no deja que la enfermedad se desarrolle. Si los pólipos encontrados son de mayor tamaño, se realiza una biopsia para evaluar los pasos a seguir”
El tratamiento indicado entonces es la cirugía. “Para proceder con la cirugía se debe evaluar cada caso en particular, ya que la misma puede implicar la eliminación de un segmento del intestino. Para determinar el tamaño de esta porción, tenemos que saber la extensión de la enfermedad, para esto se ordenar una tomografía computarizada para ver, además del área interior del intestino, el área exterior, los ganglios linfáticos o nódulos y determinar si hay metástasis hacia otros órganos”, nos amplía el cirujano.
Si se encuentran ganglios, nódulos o metástasis, el paciente también debe ser tratado con quimioterapia. Cuando el daño involucra el recto, la radioterapia localizada se recomienda además de la quimio. Si es un tumor pequeño, de inicio, solo cirugía puede ser la solución. Ya en estados intermedios y avanzados, se requiere quimioterapia, algunas veces previo a la cirugía para achicar el tumor antes de la operación.
A La gran mayoría de los pacientes se le quita el segmento del intestino afectado y se empatan los dos extremos, quedando con una anatomía relativamente normal del tubo intestinal. Sin embargo, puede ser necesaria una colostomía, que es la unión de un extremo del intestino a la piel, saliendo del cuerpo y conectándose con una bolsa en la cual se recolectan las heces, la cual tiene que ser limpiada con regularidad y se esconde debajo de la ropa. No es tan frecuente, sobre todo si se diagnostica en una etapa temprana.
“Como en todos los tumores sólidos en el cuerpo, la tasa de supervivencia depende del momento del diagnóstico. En etapas tempranas un 95% de pacientes quedan curados. Etapas intermedias, varía según el tipo y agresividad del tumor y presencia de ganglios linfáticos y su respuesta a la quimio, hablamos de un máximo de 75%. En etapas avanzadas, como en otros tipos de cáncer, con metástasis, baja considerablemente el porcentaje de cura”, nos amplía el Doctor Alberto Navarro.
No hay ningún cuidado específico en un paciente sobreviviente de cáncer de colon, no se puede garantizar que regrese la enfermedad, pero se le recomienda al paciente llevar una dieta balanceada, consumir fibra dietética a través de los vegetales, disminuir las carnes rojas y las grasas. La fibra es fundamental, ya que hace que el transito del alimento por el intestino sea más rápido además que absorbe sustancias carcinogénicas, que están en estudio, pero que entre ellas podemos señalar los alimentos ahumados, parte quemada de las carnes a la parrilla, por ejemplo, los nitritos y otras sustancias.
Como en otros tipos de cáncer, también juegan un papel importante en su desarrollo cualquier químico nocivo del ambiente que nos rodea, pesticidas u otras sustancias que están presentes en los alimentos, el cigarrillo, que está comprobada su relación con diferentes tipos de cáncer y el alcohol, exposición excesiva al sol, entre otros.
Acerca de Hospital Paitilla
Fundado en 1975, el Hospital Paitilla es un hospital privado de atención de tercer nivel, el cual forma parte del Grupo Hospiten. Cuenta con un prestigioso grupo de profesionales en todas las especialidades médicas y más de 600 colaboradores. En la actualidad, ofrece una amplia gama de facilidades hospitalarias y de servicios técnicos, diagnósticos y terapéuticos. Desarrolló el portal de resultados que permite conocer en línea los datos de los exámenes de laboratorio y radiología y actualmente se encuentra en la primera fase de reforma estructural y tecnológica de su plan maestro.
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