Todos hemos escuchado alguna vez la famosa canción Stayin’ Alive de la agrupación de hermanos Bee Gees de 1977, pero lo impresionante de esta canción es que puede ayudar a salvar una vida. Un paro cardiaco puede presentarse en cualquier momento, sin avisar.
Los primeros auxilios son la principal ayuda que debe recibir el paciente, ya que cada segundo cuenta para salvar una vida. Tener conocimiento de cómo ejecutar una reanimación, debería ser un procedimiento que todos manejen y recuerden fácilmente. Nunca se sabe cuándo podrías ser la víctima que necesite ser reanimado, resalta el Dr. Daniel Pichel, Cardiólogo del Hospital Paitilla. En Panamá, se aprobó el proyecto de ley 478, que hace obligatorio la instalación de desfibriladores externos automático (DEA) en sitios públicos y privados, donde circulen grandes concentraciones de personas.
Aun cuando se manipula una persona sin entrenamiento, si se procede en el momento adecuado, representa la diferencia entre la vida y la muerte de una persona. La eficacia comprobada en el mundo es de más de un 95% de posibilidades que esa vida se salve. Ante esta iniciativa el Dr. Daniel Pichel, detalla cada paso para brindar la ayuda correcta a una víctima de paro cardiaco, por medio de la reanimación cardiopulmonar.
Lo primero que debe hacer para brindar la ayuda, es acercarse a la persona, tomarlo por los hombros, hablarle con voz fuerte y al mismo tiempo sacudirlo, para determinar que responda. Si la persona no responde o no respira, se recomienda llamar a los servicios de emergencia. Si se encuentra en un lugar público, como centros comerciales, es importante pedir el desfibrilador automático externo más cercano, explica Pichel.
Para empezar con la reanimación, se debe colocar junto al tórax de la víctima, descubriéndose el pecho para luego colocar el talón de la mano izquierda entre los pezones. Luego la derecha en la parte superior, entrelazando los dedos.
Es importante tener alineados los hombros con el tórax de la víctima para iniciar las compresiones. Una vez se tenga la ubicación correcta de las manos puede iniciar las compresiones a 5 cm, permitiendo que el tórax regrese a su posición original.
Si se tiene entrenamiento de primeros auxilios:
Puede hacer dos ventilaciones rápidas boca a boca, hasta que se expanda el tórax de la víctima, en ciclos de 30 compresiones y dos ventilaciones. Las compresiones se deben realizar a un ritmo de 100 a 120 por minuto. Este proceso se hace más fácil si se sigue mentalmente la canción Stayin` Alive, ya que la melodía posee la misma frecuencia y ayuda a recordar la forma correcta de realizarlo.
El desfibrilador externo auxiliar (DEA) es un dispositivo que analiza y busca ritmos cardíacos. Notificando al rescatista si existe la necesidad de una desfibrilación por medio de una voz pregrabada, de ser así, aplica una descarga. Al presentarse el desfibrilador (DEA) en la escena, se debe seguir dando las compresiones de manera continua, este equipo tiene dos parches con electrodos que se deben colocar en el tórax descubierto de la víctima, el desfibrilador le indicará los pasos a seguir. Si el desfibrilador no detecta una arritmia que requiera una descarga, solo le indicará que debe seguir dando compresiones, hasta que llegue ayuda profesional, indica el doctor Pichel.