Estudios actuales señalan que cada 22 segundos fallece un recién nacido, debido a la falta de lactancia materna. 1.4 millones de muertes infantiles podrían evitarse. La lactancia materna trae consigo enormes beneficios para el bebé, pues si se da por más de cuatro meses, las posibilidades de que contraiga neumonía disminuyen en un 72%, las incidencias de diarreas en un 64% y las de contraer diabetes mellitus en un 40%.
Como ve, la alimentación de pecho en el recién nacido, tiene un impacto trascendental en la incidencia de enfermedades agudas, y, a largo plazo, protección contra enfermedades metabólicas tanto como en neoplasias.
El doctor Hermes Pimentel – pediatra del Hospital Paitilla, indica que la producción de leche materna se produce de forma muy sencilla: sigue la ley de la oferta y la demanda, esto significa que cuánto más demande el bebé, más leche producirá la madre para él. “Por este motivo es que se recomienda que la lactancia materna se dé siempre por demanda”.
Asimismo, explicó que las insuficiencias reales en la producción de leche son pocas y, en la mayor parte de los casos, la preocupación de las madres carece de fundamento. Por tanto, antes de alarmarse, compruebe que el bebé esté lleno y no tiene apetito, pues recibe la cantidad de leche que necesita.
Sin embargo, el doctor mencionó que, en caso de que tenga poca leche, puede ser por las siguientes causas:
El pediatra explicó que si la madre produce menos leche de la que su hijo necesita, puede actuar de la siguiente manera:
– Estimular el pecho. La succión del pequeño o la utilización del sacaleches son la mejor manera de aumentar la producción de leche.
– Alimentar al bebé a demanda. Ponerlo al pecho cuando quiera y durante todo el tiempo que quiera. Darle sólo leche materna y seguir una comida saludable.
– Buscar la mejor posición para dar el pecho y, cuando el pequeño esté succionando, comprime el pecho con las manos, con el fin de aumentar el flujo de leche. Cuando creas que la leche llega en la cantidad adecuada, cambia de pecho y continúa hasta que el bebé ya esté saciado.
Cabe destacar, que cada niño sigue su propio ritmo y algunos tienen apetito cada 2 horas, y otros harán tomas sin intervalos fijos.
Además, hay bebés que vacían el pecho en 5-10 minutos, y otros que necesitan mucho más tiempo. Por lo tanto, es imposible cuantificar la cantidad succionada por amamantamiento. Así, durante las primeras semanas, el bebé debería hacer unas 8-10 tomas en 24 horas.
El doctor Pimentel comentó que la negativa de un bebé a succionar el pecho es un problema que estresa a cualquier madre. El rechazo del pecho por parte del bebé, puede hacer que se sienta rechazada. Puede hacerle sentir que el bebé no te quiere, no te necesita e, incluso, que no te aprecia como madre.
“Un bebé puede rechazar el pecho en algunas o todas las tomas, a cualquier edad y, sus razones para hacerlo, varían según su etapa de desarrollo o incluso, su estado de salud en el momento. A veces amamanta durante unos minutos y después, el bebé se quita del pecho, mostrando signos de angustia y se niega a seguir. O puede que se niegue a empezar el amamantamiento a pesar de que, obviamente, tiene hambre”, expuso el pediatra del Hospital Paitilla.
Alguna de las causas de rechazo del pecho pueden ser que:
Es conveniente fraccionar la leche en pequeñas cantidades (60 a 120 ml) y, preferentemente, en bolsas recolectoras de leche o recipientes esterilizados y con cierre hermético.
Se puede utilizar envases de vidrio o plástico duro, con tapa hermética (esterilizados al vapor) o bolsas, diseñadas especialmente para el almacenamiento de leche materna, dejando 3 centímetros libres en el envase.
No se recomiendan los frascos con tapas metálicas, porque éstas no pueden ser esterilizadas al vapor o en agua hervida ya que se oxidan.
¿Cómo se descongela y se calienta la leche que sacamos del congelador? Para descongelar la leche materna, es necesario pasarla del congelador al refrigerador, o sacarla fuera del refrigerador a un lugar fresco, para que vuelva a su estado original. Al sacar del congelador la leche materna suele separarse y no verse homogénea (similar a la leche cortada). al agitarla un poco se normaliza enseguida.
Para calentarla, debe colocarla bajo un chorro de agua caliente o sumergir el recipiente que contiene la leche en agua tibia. No la ponga directamente al fuego, ni en microondas ya que pierde sus valiosas propiedades. Una vez descongelada, puede permanecer 24 horas en el refrigerador, pero no se debe volver a congelar.
La madre debe proceder lentamente y prepararse para observar signos de frustración en el bebé. Puede facilitarle la transición de la siguiente forma:
Las tomas antes de dormir pueden ser más difíciles de eliminar; normalmente son las últimas que se quitan.
Este método funciona bien si el niño es un poco mayorcito y se puede razonar con él. Si el pequeño le pide que lo amamante, dígale que lo hará después y trate de distraerlo con alguna actividad. En lugar de darle el pecho por la tarde, podría decirle que espere hasta la hora de acostarse.
Los beneficios para las madres inician desde el nacimiento del bebé, pues el colocar en el pecho materno al recién nacido antes de los 30 minutos, hará que la mamá tenga una actividad hormonal temprana, comenzando la producción de leche materna, y expulsando fácilmente la placenta disminuyendo el sangrado posparto que, en ocasiones, llega a desarrollar anemia.
Adicionalmente, el amamantamiento temprano favorece patrones de succión adecuados en el bebé, lo que promoverá la “bajada de la leche” que habitualmente ocurre al tercer día de posparto, evitando la molesta y dolorosa congestión mamaria. Otras de las ventajas de la lactancia materna para la madre son:
De hecho, estudios recientes confirman que las mujeres que no lactaron, tienen mayor riesgo de sufrir fractura de cadera después de la menopausia. Aunque en la actualidad hay muchas barreras que suelen impedir el correcto inicio, mantenimiento y duración de la lactancia, como el trabajo de las madres, es importante conocer todos los beneficios que reciben el bebé y su mamá para tomar la decisión adecuada, pues la alimentación que tenga el bebé en sus primeros 1,000 días de vida serán determinantes para su futura salud física y emocional.
El cólico del lactante puede aparecer con lactancia materna o artificial. Suelen aparecer sobre las tres semanas y desaparecen a los tres o cuatro meses. Según los estudios más actuales, el cólico se puede prevenir llevando al niño en brazos más tiempo desde su nacimiento. Si el cólico ha aparecido se puede intentar calmar al bebé: abrazándolo, paseándolo, o dándole masajes en la barriga en forma de las manecillas del reloj.
Solamente en un 1% de los niños, el cólico puede ser debido a una alergia alimentaria. En caso de sospecharse alergia, se puede probar a eliminar productos lácteos de la dieta de la madre durante unos diez días. Si el niño mejora, es preciso hacer una prueba reintroduciendo el alimento en la dieta de la madre. En el caso ningún síntoma, podemos pensar que el problema se ha solucionado por casualidad. Si los síntomas reaparecen, realizar pruebas de alergia y evitar el alimento desencadenante, durante un período prolongado.
Fundado en 1975, el Hospital Paitilla es un hospital privado de atención de tercer nivel. Cuenta con un prestigioso grupo de profesionales en todas las especialidades médicas y más de 600 colaboradores.
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